El Padre Mauricio Aguayo nos cuenta desde adentro cómo ha enfrentado la Iglesia local el nuevo escenario obligado por la pandemia donde las misas presenciales parecen un recuerdo del pasado y la tecnología ha cobrado nuevo valor para los fieles y miembros del catolicismo.

Hoy la religión toma un papel fundamental, para los creyentes, en estos momentos de incertidumbre, angustia y miedo que han puesto al mundo en jaque con el paso de la peor pandemia del siglo XXI.

Es por ello que hoy la tecnología ha jugado un papel fundamente para acercar a los fieles. En el caso de la religión católica la celebración de misas en modo “online” ha logrado que estos puedan presenciar las eucaristías e incluso puedan comulgar de una manera espiritual dando paso a una nueva forma en que los cristianos se relacionan con Dios y por otra parte ha significado un desafío para la iglesia y su comunidad el utilizar herramientas tecnologías para estar cerca de los fieles.

¿Cómo ha sido la ciencia aplicada un puente entre los sacerdotes y los fieles y cómo ha enfrentado la iglesia este nuevo escenario global? Eso es parte de lo que conversamos con el padre Mauricio Aguayo, párroco de la capilla Nuestra Señora de la Candelaria, en San Pedro de la Paz, quien por estos días, además se ha transformado en protagonista de varios programas radiales y digitales donde da su particular visión sobre la actualidad y guía a los cristianos.

Revista Rúa (RR):¿Cuál es, ha sido y será el rol de la iglesia en la pandemia?

Padre Mauricio (PM): En todas partes del mundo, aunque con excepciones, las comunidades católicas y no católicas han asumido un rol claro de ayuda a los más necesitados en el doble orden de cosas: lo espiritual y lo material. Normalmente actuamos allí donde no llegan las instituciones formales como el estado o los municipios, así como donde no llegan los medios tradicionales de información porque se ayuda en silencio y sin estrategias de posicionamiento ante la opinión pública. Como ejemplo, en la Arquidiócesis de Concepción (que abarca las provincias de Concepción y Arauco) existen al menos 3 grandes iniciativas de ayuda a los más necesitados orientadas a los hogares de ancianos, los que no tienen alimentos y los migrantes en situación de irregularidad.

RR: ¿Cómo continúan financiando su labor?

PM: Con el aporte de los fieles que comprenden que este tiempo difícil es cuando más nos pide Cristo que compartamos lo que tenemos: ese es el corazón de este asunto. Sin obediencia a la voluntad de Dios, es imposible y siempre habrá una justificación para no ayudar. En este sentido, las mismas personas financian toda la ayuda que se da a los necesitados, así como el mantenimiento de las actividades pastorales y administrativas de la Iglesia. Algunas comunidades (las menos, por cierto) contaban con algún arriendo, pero desde fines del año pasado a la fecha es prácticamente imposible contar con este tipo de ingresos. Son los mismos miembros de las comunidades quienes han comprendido que es momento de compartir lo que de Dios hemos recibido. Ellos sostienen sus propias obras de caridad organizadas a través de las estructuras pastorales creadas para tal efecto

RR: Cómo los fieles pueden sentirse más cerca de su comunidad, de la iglesia y de Dios en estos momentos tan complejos?

PM: El punto clave siempre será la oración de unos por otros, como sustento de toda acción que nos mueva a dar espacio a los demás; solo así se logra experimentar que ellos me necesitan y yo los necesito a ellos. Así surge la posibilidad de ayudar a los más necesitados en el cuerpo y/o en el espíritu. En este sentido, las redes sociales son un valioso aliado si se usan adecuadamente, ya que encontramos opciones desde la clásica llamada telefónica hasta las videoconferencias interactivas que permiten encuentros, reuniones y hasta festejos.

RR: ¿Cuál es el mensaje para los fieles que en estos momentos ven “afectada” su fe?

PM: Que Dios no nos deja solos y que las distancias físicas no son un impedimento para que su paz por los atribulados y su consuelo por los que sufren se derraman allí donde hay un corazón que confíe en él. Él prometió estar con nosotros hasta el fin de los tiempos, y lo cumple enviándonos el Espíritu Santo defensor.

RR: ¿Cómo se están realizando actualmente las eucaristías?

PM: La celebración de las misas se realiza en la modalidad “on line”. En todas las comunidades parroquiales y otras capellanías, un equipo reducido de personas ayuda a la celebración y transmisión de la Eucaristía para los fieles por medio de distintas redes sociales (dentro de las que destacan Facebook y youtube).

RR: ¿Qué significancia ha tenido, tanto para la iglesia como para los fieles, esta nueva forma de llevar a cabo las eucaristías?

PM: Los miembros de la Iglesia que acostumbraban a celebrar frecuentemente la misa dominical han experimentado una incomodidad espiritual grande por la ausencia de las misas presenciales (para algunos, derechamente ha sido un dolor esta ausencia). Para otros miembros más esporádicos, ha sido una valiosa novedad para tener apoyo espiritual en estos tiempos. Sin embargo, para los enfermos y sus cuidadores, quienes tantas veces no pudieron asistir a una misa presencial por más deseos que tuvieran, ha sido una bendición de Dios esta nueva y obligada modalidad.

RR: ¿Es un desafío para los sacerdotes el tema tecnológico?

PM: Por cierto que sí. En términos generales, tuvimos que aprender en 2 semanas lo que no habíamos aprendido en 20 años o más sobre la tecnología y sus posibilidades. Ahora, también es cierto que algunos de nosotros ya estábamos vinculados al uso de estos recursos, pero nunca en el grado de hacer casi todo por internet.

RR: Existe alguna forma para poder comulgar?

PM: En la Iglesia existe desde el inicio de la misma la forma espiritual de la comunión. Esta comunión espiritual es la que se establece para cualquier católico que no puede ir al templo, pero que está consciente que debe unirse a Jesucristo para alimentarse de aquél que es la Vida eterna.

RR: Hay personas que necesitan ir al templo o escuchar canciones… ¿Hasta qué minuto cree que la tecnología puede “reemplazar” el vivir a través de la eucaristía, de visitar el santuario u otra forma la presencia de Dios?

PM: Para la Iglesia, la vivencia presencial de los sacramentos es y será irreemplazable. De hecho, la actual situación a distancia dará paso gradualmente a una situación más presencial para la cual habrá que prepararse, ya que no será sencillo hacer esa transición. Sin embargo, la unión de los miembros de la Iglesia con Cristo y entre sí no está reducida a la sola opción presencial. Dentro de los más amados por Jesús están los enfermos y los encarcelados, ellos no tienen la opción presencial, sin embargo, Dios les concede sus dones en abundancia si están unidos espiritualmente a los que sí pueden ir (o podrán volver a ir) a un templo. En tal sentido, la tecnología puede ayudarles en mucho a mantener viva esa unidad espiritual. También a los que asisten (asistirán) presencialmente a una misa les ayudará ver un equipo de transmisión en vivo, para saber que esos hermanos ausentes también son parte de la comunidad viva de Cristo.

RR: ¿Cómo podemos en nuestra propia casa generar espacios y momentos de conexión con Dios?

PM: Primero, dejando un espacio del día exclusivamente para ello; la improvisación es una mala compañera. Segundo, estableciendo un lugar de la casa que sea un espacio para Dios, reservado para él y para encontrarnos con él. No importa tanto el tamaño de ese lugar o su belleza, sino más bien que sea un espacio fijo y exclusivo. Tercero, teniendo alguna actividad que sea significativa para los miembros de la casa; no será igual si el centro está en los niños pequeños o si más bien está en los adultos mayores; no será igual donde hay desempleo y/o enfermedad que donde el trabajo y la salud no han fallado.

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