“Soy una mamá rara“, comenta Loreto Cid, dermatóloga con más de 25 años de trayectoria en la especialidad que hoy no conversa con Revista Rúa ni sobre su clínica, ni sobre sus conocimientos médicos, sino que de su relación con Valeria Iglesias, su hija influencer.

Es que Loreto no encaja con los estándares ni parámetros habituales, el qué dirán poco le importa y sus hijos son sus amigos, confidentes y válvula de escape, en especial la ‘pequeña’, la princesita de la casa.

Su relación tampoco es convencional, en lo absoluto e incluso fue distinta desde el embarazo.

Es que este historia comienza así. Cuando Pablo, el hijo mayor de Loreto cumplió 7 u 8 años nació en él una inquietud: Quería tener un hermanito u hermanita.

“Mi primer hijo lo tuve a los 30 y como a los 7 años él empezó a pedir, a necesitar como un hermanito, la verdad yo tenía planificado tener uno no más y él me insistió, me decía ‘cuando tú y mi papá mueran yo no voy a tener parientes’ y ahí dije ‘wow, que egoísta de parte mía’ y me propuse embarazarme de cualquier manera para darle un hermanito o hermanita a Pablito. Me embaracé una vez, lo perdí, me embaracé otra vez y lo perdí y ya casi a los cuarenta me embaracé y agarró, agarró, agarró y dije ‘me da lo mismo que cómo nazca, yo necesito tener este bebé por mi hijo más que nada” y se afirmó la guatita y nació la Vale el 31 de octubre como a las 9 de la noche“, recuerda la doctora.

Como era de esperar para un niño, Pablo que estaba tan entusiasmado por tener una hermanita, no fue a la clínica ni a ver a su hermanita, porque como era Halloween le dio lo mismo y salió a buscar dulces… obvio.

Para mucho es amor a primera vista. Ese instante único en que tus ojos se posan con emoción sobre los de tu bebé recién nacido… pero reiteramos Loreto es distinta.

“Es raro lo que yo te voy a decir porque no todas las mamás sienten lo mismo, yo no siento muchas cosas, durante al embarazo ni al ver por primera vez a mis hijos. Es una cosa así como que te ‘entregan’ tu hijo y como yaa, poner la cara para foto y listo, es raro al parecer pero así fue como me pasó con mis dos hijos. Cuando fueron creciendo me fui enamorando”, asegura, aunque dice que desde pequeña Valeria fue la princesa de la casa.
“Así nació la Valeria, nombre que eligió su hermano. Pablo nació en un estado algo más precario, con la Vale ya llevábamos más tiempo como familia y teníamos un mucho mejor pasar. Llegó como una princesa, tenía su pieza, primero fue un moisés mandado hacer con tules y todo precioso, después creció le hicimos su camita y ahí fue creciendo entre princesa y brujita, porque ella tenía su genio desde que nació, desde que nació tenía así como carita de mal genio. Pero con el hermano, el papá empezamos a amarla… de a poco, porque nunca es así como tan, tan rápido el amor, porque por lo menos yo para quererla tengo que conocerla, aunque sea mi hija tengo que conocerla, entonces la empecé a conocer poco a poco, me empecé a enamorar y cada vez el amor crece más, si es una cuestión atroz”, confiesa sin tapujos la madre.

“No tengo claro cuando fue el momento en que empecé a enamorarme de mi hija, pero debió ser bien temprano, porque nosotros teníamos la vida bien resuelta, no dejamos de hacer nada cuando ella nació, continuamos con nuestros planes, por ejemplo todos los años viajábamos a Disney y ella con poquito más de dos meses fue con nosotros, en un coche y alguien se quedaba con ella, igual le íbamos comprando trajecitos así de princesa, de poco fue creciendo y seguíamos en esta rutina de viajar y siempre con ella, de chiquitita, la llevamos a todas partes, nunca fue un tema que la Vale estuviera ahí y siempre así como la princesita y de a poco fue adquiriendo su personalidad y ella siempre como princesita, hasta vestida de princesa, pero con un carácter más o menos, cuando algo no le gustaba ponía una cara de terror. Siempre así entre princesa y brujita”, agrega ante la atenta mirada de Valeria, que está a su lado mientras conversamos.

Pronto sería Valeria quien comenzaría también hablar de la relación con su mamá, pero antes le decidimos consultar a la propia Loreto cómo se define como madre y la respuesta ya la saben…

“Soy una mamá rara, nunca tuve reglas en la casa, los niños hacen lo que quieran, claro cuando estaban en el colegio o en otra parte tienen que cumplir todas las reglas porque así debe ser, pero en la casa ellos son libres de hacer lo que quieran, pueden traer sus amigos, hacer lo que quieran, si quieren tomar alcohol o fumar algunas cosas diferentes… pues que lo hagan en mi casa, jamás les hemos prohibido nada, nunca y creo que eso, asociado al amor, ha hecho que estos niños, que los dos, sean personitas que son bastante queridas y bien considerados afuera, son niñitos que son bien portados en todas partes, pareciera que no, pero son bien portaditos, aquí adentro de la casa hagan lo que quieran, gocen y afuera respeten lo que hay que respetar“

“En la casa nos portamos mal”, dice entre risas Valeria.

“Ella es mi ídolo. Desde chica, mi mamá dice que se tuvo que enamorar de mí, yo la veía como una figura que me daba, no sé, miedo… pero después fuimos haciéndonos amigas, comenzamos a contarnos todo, somos mejores amigas… bueno, no le cuento todo todo, porque a mi mamá igual se le salen las cosas. Cuando sea grande quiero ser como ella, pero mejor. Admiro que es fuerte, que le da lo mismo lo que digan de ella, ella vive su vida y sigue haciendo lo que quiere sin importar el qué dirán”, dice la influencer sobre cómo percibe a su madre y el feedback no es menor.

“La Vale es una niña extremadamente dulce, tierna. Tiene un lado, que es el que muestra en redes, tiene harta personalidad, ella como que ve una cámara o un lugar de divismo y ella es Diva, pero en su interior, en su vida privada es tierna, tierna, tierna“

“Te voy a contar una anécdota, ella estuvo en un colegio donde incluían niños que tenían ciertas habilidades diferentes, esa niña ya salió del colegio, vive en otro país y vino hace poco desde Londres, vino a saludar a la Vale y le dijo que ella era su mejor amiga de la vida, porque fue la que la acogió siempre, la cuidó siempre y se sintió súper integrada gracias a ella, ya que como la Vale tenía cierto liderazgo invitaba siempre a su amiga y al resto de sus amigos y el resto no la tomaba en cuenta y ella vino a verla, especialmente a verla, a decirle esto y se abrazaron, se emocionaron. Esto para mí es un ejemplo claro de cómo es ella en su esencia profunda, dulce, tierna, encantadora”, dice con notable orgullo la dermatóloga que agrega que en el último tiempo “me ha enseñado que ha madurado y que comprende los errores de las mamás, porque una como mamá se pinta como la mamá perfecta, como que lo que yo hago está bien y que soy una santa, pero yo no he sido tanto así parece y ella me ha hecho ver que no es así pero al mismo tiempo me entiende”.

UN ERROR LO COMETE CUALQUIERA

Si te mueres mañana ¿crees que tienes algo pendiente con tu hija? Le consultamos a Loreto quien mantiene la misma energía y positivismo desde el minuto 0 de la entrevista.

“A esta altura no, hace un tiempo atrás sí, pero en este momento no. Siempre les digo a mis hijos que cuando yo no esté ya están listos, tienen todo, en términos de crianza, en términos de valores, en términos de que para salir adelante hay que esforzarse mucho, pero nunca ir tras algo, nunca tras el dinero, nunca tras el éxito, eso llega de a poco, después de los esfuerzos, pero ir tras algo jamás. Por ejemplo, ahora que ella se hizo como un poco influencer por su estilo y qué sé yo, algunas personas comenzaron a presionarla y decirle que tenía que explotarse y yo le dije que por ningún motivo, ese no es el objetivo, tú tienes que disfrutar esto, no explotarlo para ganar y si llega en algún momento a ser estresante para ti ¡no lo hagas!”, responde Loreto.

“Es un gran consejo”, interviene Vale, “el mejor consejo que me ha dado mi mamá es que viva, que viva al máximo, que haga de todo, que viva sin remordimiento, la vida es una. Me aconseja siempre que viva cada día como si fuera el último, que hay que pasarlo bien”, pero entonces nuestra aguda periodista presta atención a una frase más o menos oculta por una de nuestras entrevistadas… “hace un tiempo sí”… ¿qué pasó hace un tiempo? ¿te arrepientes de algo? Consulta curiosa a Loreto.


“Sí, me arrepiento de haber hecho algo que siempre critiqué en todas las otras mamás y pelé, discriminé y critiqué a muchas madres por haber hechos ciertas conductas que para mí eran moralmente inaceptables… pero después yo hice lo mismo. Después de que me divorcié me involucré con una persona muy menor y me embobé y empecé a hacer cosas a espaldas de mis hijos, en particular de la Vale, porque en ese momento Pablo no estaba viviendo en el país y ella se sintió un poco desplazada, no un poco, muy desplazada, y me equivoqué, perdí el rumbo, pero después lo retomé”, admite y ambas comienzan a sincerarse.

“Me sentí desplazada, me dejabas de lado, te ibas con tu ‘pololo’ y teníamos hacer competencia de quien llegaba a la casa más tarde”, recrimina aliviada Vale. “Después de eso retomamos nuestra relación y al final fue para mejor. Fue intenso, súper intenso, discutíamos, dormíamos enojadas, pero al final fue lo mejor porque nos conectamos mucho más y aprendimos a aceptar que tenemos defectos”, nos cuenta.

“Fue el momento más doloroso de nuestras vidas como madre e hija. Dejó marcas en mis dos hijos. Nos reconciliamos después de mucho tiempo, no un año ni dos, fue harto tiempo, nunca estuvimos enojados pero estaba esa rabia contenida dentro de ellos que yo la sentía. Mis hijos nunca me trataron mal ni nada, pero sentía esa rabia, esa energía adentro. Pero una vez superado, que pasó eso, ambos me han dicho que ha sido el momento más doloroso de sus vidas. Más que cualquier otro, que han sido varios, este fue especialmente doloroso. Pero afortunadamente el tiempo lo sanó. Lo primero fue pedir perdón y luego realmente arrepentirme de lo que hice, muchas veces uno no se arrepiente de las cosas que hace en la vida, pero de eso realmente me arrepiento”, dice con cierta emoción la médico.
Valeria responde: “Me dolió, me afectó, porque en ese momento éramos muy cercanas, amigas y todo y me empezó a dejar de lado y sentía que ella me estaba mintiendo en algo, yo la cachaba, la tenía cachada y le pregunté en un momento si era verdad que estaba con él y me lo negó… sentí que me estaba ocultando cosas y me dolió porque era chica y quería estar con ella”.

¿UN VIAJECITO PARA CAMBIAR LA PÁGINA?

Si hay algo que destaca en la vida de Loreto y Vale son la cantidad de viajes que han realizado alrededor del mundo. Sus redes sociales son claro testimonio de aquello y sus fotografías no sólo muestran bellos y paradisiacos lugares sino que muchas risas y abrazos. Es que para esta familia viajar es fundamental y así lo explica la matriarca.

“Para mí el patrimonio tiene que ver con lo que vivimos día a día y si la vida me ha dado la posibilidad de poder viajar, eso lo hacemos. Para mí eso es patrimonio, más que dejarles un departamento, más que dejarles una herencia, más que una profesión, ni las profesiones me importan, porque lo que vale consiga debe ser con esfuerzo y entregar lo mejor de uno y uno va a recibir siempre, los títulos…esa cuestión es antigua, ya no son, titularse de algo, ese clásico ‘si eres hija de médico tienes que ser médico’ a la punta del cerro, ¡NO! Tienes que entregar lo mejor siempre y siempre vas a recibir todo, eso es”.
“Entonces, como me dieron la oportunidad de recibir mucho, la felicidad mía es estar con mis hijos, viajando, conociendo, aprendiendo, porque para nosotros los viajes son entretenidos no son un esfuerzo, esperar 8 horas en un aeropuerto es divertido para nosotros, las conversamos, las paseamos y a veces cuando estamos los 3 solos en una isla y no vemos a nadie, nosotros somos los más felices hablando, hablando, hablando. A mi viajar con ellos me llena el alma y creo que a ellos también porque esperan con ansias cada viaje”, agrega Loreto.

“Lo mejor es que generamos experiencias e historias como ‘te acordai, de lo que pasó en este viaje, nos reímos, siempre nos acordamos de algo entretenido y lo pasamos genial”, apunta también Valeria.

Uno de los viajes que recuerdan con especial cariño es el que hicieron a Touzer, en el africano país de Túnez, lugar marcado por la saga de Star Wars, pues fue allí donde se grabó buena parte de la trilogía original y varias escenas de las precuelas también. La historia comienza con un pequeño error de cálculo.

“Nosotros pensábamos que era llegar al aeropuerto, tomar un taxi y que en media hora íbamos a estar en el lugar, pero no era así para nada. Tuvimos que arrendar un auto y eran 12 horas de auto y no teníamos idea como llegar y en Tunez hablan casi puro francés no entendíamos mucho, así que con chofer y el viaje fue eterno. El hombre que manejaba era como kamikaze y de repente llegó la noche y era como estar en otro planeta, todo negro, completamente oscuro, como una película y íbamos los cuatro atrás calladitos; mi hermana, el Pablo, la Vale y Yo, yo decía Dios mío este es el fin, la Valeria llorando por un lado y mi hermana rezando por el otro y Pablito colgado del asiento, todos pensábamos que nos íbamos a morir y no llegábamos nunca. Fue terrible y cuando llegamos fue un respiro, ahora nos reímos y lo recordamos con cariño”, rememora la doctora.
“Claro ahora nos reímos y nos contamos pero en el auto íbamos todos calladitos, muertos de miedo, pero calladitos, para adentro así que cuando llegamos fue una felicidad pero de otro nivel, increíble”, comenta Vale.

Ni la pandemia detiene los sueños viajeros de esta familia. Ya han realizado tres viajes a pesar del contexto, primero viajaron a Miami, a la casa Versace, para celebrar el cumpleaños de princesa Valeria, cosa que repitieron para celebrar el cumpleaños de la reina Loreto, el pasado 28 de diciembre, por lo que también celebraron el año nuevo en ese icónico lugar del país de los sueños.

“Fue maravilloso, la mejor fiesta de mi vida. Lo pasamos increíble y yo subía fotos para que nos funaran, pero hasta para eso son pencas, nadie nos funó, jajajaja”, dice risueña Loreto. Cabe recordar que las restricciones sanitarias en el estado de Florida han sido bastante menos restrictivas que en nuestro país.

REDES, MIEDO INCONTROLABLE Y AMOR SIN LÍMITES

Tanto Loreto como Valeria son muy activas en redes sociales donde suben constantemente fotografías y cometarios de sus viajes y su diario vivir, lo que sin embargo también les ha traído problemas y malos ratos… bueno así son las redes sociales ¿o no?

“Mi talón de Aquiles era que hablaran mal de mí, pero sobre todo de mi mamá, eran cosas de otro nivel, en el colegio, en la universidad, en las redes, se hablaba mucho de ella y yo soportaba eso, lo encontraba terrible, muy desubicado y eso me dolía un montón pero ya no tanto, maduré por un lado y ya tenemos cuero de chancho, pero me afectaba un montón. Me molesta que se metan tanto en la vida de uno, pero al final el problema es de ellos, a veces ya ni contesto, me aburrí”, dice con emoción la Vale.

“A mi también me afectaba eso, muchas veces me he reprimido de responder o decir cosas en redes porque me complica lo que les puede afectar, entonces como sé que les afectaba, durante un tiempo paré. Cuando caché que ya les daba un poco como lo mismo empecé a subir más cosas y comentar, porque a mí me da lo mismo lo que digan, los que me conocen están conscientes y los que no me conocen y hablan tonteras no me pueden afectar menos, pero si como te digo, me complicaba las repercusiones que podían tener mis cosas en mis hijos”, complementa Loreto en esta divertida pero a la vez pronfunda conversación que se está acercando a su final.

De ahí sale también un concepto que las identifica hoy por hoy: »Las Queens«.

“Frente a las críticas actuamos con reinas, o sea como queens. Era un método de defensa contra las críticas, me autodenominé así y generaba más poder y amor propio y quedamos como Queens“, explica Valeria, “tu eres la verdadera queen, yo soy la madre de la queen no más“, interviene con chispa Loreto.

Les pedimos a ambas que destaquen cualidades de la otra y se describan mutuamente para empezar a cerrar el ejercicio.

“Mi hija es mi hija, una princesa, la encuentro súper preparada para todo, creo que tiene definido lo que quiere hacer en la vida y es muy madura para su edad. Ella es parte de mí, es una parte mía, no se puede separar, no sé cómo describirlo, pero es como una extensión, la amo con profundidad, la apaño en todo, ni siquiera necesita tanto consejo por que tiene la película clarita. Vivo muy intensamente lo que le pasa, por ejemplo, cuando terminó con un pololo lo sufrí más yo que ella, lloraba con escándalo. Destaco la grandeza de alma y una ternura infinita que no se le nota, pero la posee y deseo que se vaya de este país y viva la vida afuera”, dice con orgullo pero siempre entre risas la profesional del área de la salud.

La joven responde: “MI mamá es mi vida, siento que sin ella me muero, a ella le cuento, ella me entiende, nos entendemos demasiado, somos como iguales y eso no lo cambio por nada. Sólo espero que no le pase nada y que no se enferme… nunca se enferma ni le duele nada, así que cuando tiene algo es por que es grave y eso es terrible”.

Loreto asegura que no se imagina como abuela, ya que ni siquiera se imaginaba como madre y asegura que su sueño es andar para todos lados juntos Ella, la Vale con su pololo y el Pablo con su polola y recorrer el mundo, envejecer los 5 y pasarlo bien. Sueño que Valeria no descarta realizar.

Llegó el momento de las palabras finales, esta servidora se retira y deja espacio para que se miren a los ojos y se digan lo que sienten.

Loreto: Te amo con locura y te admiro por tu gran alma.

Valeria: Yo también te amo y amo tu locura, por siempre.

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