Las Artistas y gestoras culturales locales Marcia Clark , Alejandra Cigarroa y Gina Intveen lograron reinventarse durante la pandemia y crear un espacio de difusión único en su clase, dando realce al arte de regiones, lo que además les permitió adjudicarse fondos concursables para seguir haciendo crecer un proyecto que dio origen a Galería Terciopelo. La historia en la siguiente nota de Revista Rúa.

 

En ésta edición decidimos mirar un poco hacia atrás para reencontrarnos con unas amigas de nuestra revista, que durante la pandemia han pasado de todo en un mundo bien golpeado como es el del arte.

Se trata de Alejandra Cigarroa y Marcia Clark, a quienes conocimos en nuestra vecina Galería Juana de Arco, espacio que cerró sus puertas tras el estallido social en 2019. Estas artistas empezaron un nuevo camino, junto a otra destacada artista visual con base en Andalué, Gina Intveen y justo se encontraron con la crisis sanitaria a días de aperturar su nueva galería, pero eso no las detuvo.

“Cuando se terminó Juana de Arco, la Gina se entera de esto y nos contacta a la Marcia y a mí y nos invita a unirnos a su espacio, que ella lo tenía un poquito botado, no estaba haciendo nada más que tener sus obras ahí o citar a algunos clientes porque le habían entrado a robar y casi no tenía obras en un momento, entonces ella nos ofreció como fusionarnos y tratar de reactivar ese lugar y hacer cosas. En el verano de 2020 estuvimos remodelando Sala Blanco y cuando íbamos a reinaugurar, llega el Coronavirus, cuando estábamos a punto de poner las nuevas gráficas con nuevo nombre, habíamos organizado la primera exposición para la última semana de marzo del 2020 y teníamos agendado con artistas todo el primer semestre, con varios colegas que nos contactaron y estaban interesados en exponer ahí, pero no alcanzamos a inaugurar ni a nada porque llegó la pandemia. Finalmente nunca se abrió ese espacio y ahí nos quedamos virtuales”, recuerda con algo de nostalgia Alejandra.

Marcia nos confiesa a su vez que en realidad pasó un buen tiempo para que empezaran a funcionar de manera digital.

“Las cosas emocionalmente tampoco estaban tan bien como para ponerse de inmediato a trabajar en una plataforma virtual, pero luego de un tiempo, empezamos a hablar con Alejandra y consideramos que el Instagram ya estaba y decidimos reinventarnos como muchos otros y tomar el camino digital, aprovechamos ese espacio como una plataforma de difusión y empezamos a convocar artistas para difundir sus obras. La idea nunca fue vender directamente como galería, pero si poníamos los contactos de los artistas en caso de que algún interesado pudiera contactarse con ellos para adquirir alguna obra. Quisimos ser sólo plataforma de difusión para ayudar y ayudarnos en esos momentos tan difíciles, sobre todo para un gremio como el nuestro que ha sido tan poco visibilizado, entonces quisimos mantener esta plataforma como para decir que nosotros seguíamos trabajando difundiendo el trabajo de los artistas”, explica enfática.

Así la galería ‘online’, que llevó como nombre los apellidos de las tres involucradas fue creciendo, dando a conocer a más artistas locales y enfocándose también en dar espacio a artistas de otras regiones, alcanzando visibilidad rápidamente.

“A mitad del 2020 empezamos a darnos cuenta de que la cosa iba bien, estábamos bien organizadas y la idea empezó a agarrar vuelo, nos llegaban correos de artistas que querían publicar su obra en nuestra plataforma y nos dimos cuenta que esto era importante, porque en pandemia y con todo lo que estaba sucediendo, logramos tener la visión y reinventarnos y crear esta plataforma, así que decidimos postularla (al FONDART)”, nos dice Marcia con orgullo.

“La intención siempre ha sido el rescate y la difusión del artista regional. Nos dimos cuenta de que faltaba este nicho,  había un nicho que no había sido explotado y era súper necesario, los artistas no tienen muchos lugares donde mostrar sus obras o donde a darse a conocer, sobre todo los artistas emergentes, los artistas jóvenes-Muchos de estos artistas comenzaron a escribirnos o a mandarnos mensajes preguntando cómo podían hacerlo para mostrar su trabajo y ahí nos dimos cuenta de la necesidad. Decimos artistas regionales porque la verdad es que cerramos un poco la puerta a los artistas de Santiago, porque allá están todos los medios, todos los fondos o mucho porcentaje de ellos y los artistas de provincias tocamos las puertas en Santiago y se nos cierran definitivamente, por muchas razones. Por eso dijimos que el foco eran los artistas de regiones y ojalá poder abarcar desde punta Arenas hasta Arica. Así partió lo postulamos y lo ganamos”, explica Alejandra.

PUNTAJE MÁXIMO

Lo cierto es que Marcia, Alejandra y Gina no sólo se adjudicaron el fondo concursable del concejo nacional de la cultura, las artes y el patrimonio, sino que lo hicieron logrando la puntuación máxima en la presentación de su proyecto.

“Estábamos convencidas de que íbamos a ganar el FONDART, porque hicimos un trabajo muy arduo durante todo el año, un trabajo pandémico, una galería pandémica, virtual y sacamos los 100 puntos. No tomamos ideas ni nada de otros proyectos, no copiamos nada, nosotras simplemente fuimos creando, como cuando se empieza a crear una obra y empieza a fluir, te dejas llevar por la obra y esto fue así la verdad”, comenta segura Marcia.

“Teníamos al menos medio semestre de experiencia y de evidencia, de registros de todas las publicaciones que habíamos hecho y eso nos ayudó mucho, porque no era postular un proyecto de cero, nosotros hicimos un buen portafolio de todo lo que habíamos hecho, con todos los artistas ya publicados. Además estaba muy bien elaborado el proyecto con todas las necesidades que detectamos, la cantidad de seguidores, la retroalimentación, etc. Lo que nosotros buscamos con el proyecto era buscar financiamiento para hacer esto, pero de manera profesional, porque hasta ahí era todo bien intuitivo, estábamos súper conscientes de la necesidad de tener un equipo, de tener un administrador de redes, un diseñador, etc. Porque además con la Marcia hacemos otras cosas, yo hago clases en la Universidad, la Marcia es arte terapeuta y trabaja en el hospital; o sea igual fue como un trabajo que hacíamos en nuestras horas libres y sabíamos que no le podíamos dedicar todo el tiempo que realmente queríamos dedicarle, entonces el tener un equipo ayuda un montón, porque en el fondo tu puedes delegar en otras personas”

Además de continuar con el trabajo tal y como estaba,  dando espacio tanto a artistas para mostrar sus obras como a amantes del arte para compartir sus  colecciones privadas a través de la sección ‘Comparte tu muro’, las ex Juana de Arco agregaron al proyecto una parte audiovisual, compuesta inicialmente por 10 cápsulas de video con registro de artistas con trayectoria, dirigidos por Sofía Bernasconi, ganadora del premio Ceres.

“Los videos tienen que ver con el recorrer los talleres de los artistas, ellos nos abren las puertas, es entrar a su intimidad y desde ahí comenzamos a hacer las entrevistas con más profundidad en relación a la trayectoria, a la obra en sí, a los nuevos proyectos, etc. Lo interesante de las cápsulas es que vamos al taller in situ, con mascarilla y todo, así se genera una atmosfera absolutamente distinta, porque esto de las redes, las reuniones por zoom y todo es una posibilidad fantástica, pero el poder ir al taller del artista es otra cosa”, explica Alejandra.

Ambas reconocen en esta modalidad un verdadero espacio de crecimiento y nutrición para el alma.

“Si bien a la mayoría de los artistas que vamos a entrevistar a través de las cápsulas más o menos los conocemos, tienes un acercamiento más profundo y más íntimo y entras a su espacio y hay muchos de ellos que tienen una personalidad un poco más introvertida y que no es que estén abriendo las puertas siempre a todo el mundo, entonces para mí es un privilegio poder acceder a ese espacio de creación.  El poder estar compartiendo con ellos y vibrando con su experiencia y con lo que hacen es súper gratificante, porque también nos sentimos reflejadas en ese quehacer, como colegas, como pares, entonces valoramos también desde esa mirada”, argumenta emocionada Cigarroa.

“Eso es súper rico también, porque no somos personas externas que vengan desde otra profesión, sino que somos un igual en ese sentido, más allá de si hay más o menos trayectoria, entendemos plenamente las circunstancias por las que han pasado o están viviendo, porque nosotras nos ha afectado la pandemia en lo profesional, también dejamos de exponer en espacios físicos, nos afectan más menos las mismas cosas, porque nos dedicamos a lo mismo, sólo que nosotras además hacemos gestión, nos desenvolvemos en las dos áreas porque uno también debe aprender a hacer autogestión. Entonces para mí es una experiencia increíble porque a mí me encanta hacer esto. Más allá de que ganas muchas o pocas lucas la recompensa yo la veo justamente en esta experiencia, nos llena el alma. Hacer lo que nos gusta y contribuir al arte”, agrega.

Para Marcia, por otra parte, “encontrarte con tus pares en pandemia, compartir obras, compartir emociones también ver quién está bien y quién no está tan bien, dónde podemos quizás cooperar con lo que sea, no sé cómo decirlo, pero es un privilegio, con toda la responsabilidad del mundo, pero este proyecto pandémico nos ha reconectado, nos ha enseñado, hemos descubierto el valor que hay que tener para seguir adelante y es muy personal también el cómo te remueve”.

RECOMENZAR

Como tantos otros en estos tiempos convulsionados nuestras amigas debieron reinventarse y con el proyecto adjudicado también llegaron nuevos cambios para seguir creciendo.

Sumaron a un equipo multidisciplinario, joven y con una “visión súper contemporánea y vanguardista”. Se acaban de adjudicar otro fondo, de la municipalidad de Concepción con el que podrán grabar más contenido y ya piensan y trabajan en nuevas sorpresas para encantar a los amantes del arte y a los propios artistas.

“Los grandes cambios tienen que ver con la reinvención, con un nombre más definitivo como Galería Terciopelo, lo de Cigarroa, Clark e Intveen lo veo como una etapa de transición, entre lo que fue Juana de Arco y lo que somos ahora. Era necesario tener como ese período de transición pandémico y ahora estamos partiendo con un proyecto de galería mucho más profesional, con un equipo más grande y la idea es proyectarnos con esto mismo que estamos haciendo pero volver a un espacio físico cuando se pueda y volver a ser galería con exposiciones, con talleres, con conversatorios, con charlas, pero sin dejar esto de lado que nos encanta, que tiene que ver con la difusión de los artistas, con ir generando proyectos que potencien a la galería, que se pueda financiar ciertas acciones que son ‘sin fines de lucro’, en el fondo lo financia el proyecto, pero nosotros no pedimos nada a cambio a los artistas, no estamos vendiendo obras. Creo que siempre vamos a seguir con estas dos líneas una más de difusión ligada a los proyectos y fondos concursables y a la vez tener el espacio físico y poder retomar a futuro la parte comercial”, nos cuenta Alejandra.

“Que el proyecto haya ganado significa que estamos haciendo bien las cosas y eso ya es un premio, una recompensa, en igualdad de condiciones con otros proyectos sacamos un 100 y más encima lo ganamos y eso quiere decir que podemos tener una proyección por el camino que estamos trazando, porque está reconocido. Queremos seguir manteniendo esta plataforma digital de difusión, que es mucho más globalizada, es más fácil llegar a cualquier parte del mundo, y por lo tanto también es posible internacionalizar un poco la galería y poder estar en alguna bienal importante, apoyándose con algunas otras galerías del mundo”, concluye Marcia, dando cuenta de que Galería Terciopelo recién comienza.

¡Larga vida al arte regional!

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