Cerinea es una de las ciervas de Artemisa, la Diosa griega de la caza, los animales salvajes, el terreno virgen, los nacimientos, la virginidad y las doncellas. Ella posee un carruaje de ciervos y la cierva de Cerinea es la más veloz, fina y elegante, tiene patas de cobre y cachos de oro. Eso es Cerinea, una panadería y pastelería, como tantas otras, pero que destaca entre los mejores por su calidad, sabor y presentación inigualable.
“Cuando van a preguntar por el dueño de Cerinea y me ven, se les cae la cara, no sé, al parecer esperan alguien mayor y me ven a mí, que además tengo cara de niño y no entienden o no creen que en realidad yo soy el dueño” dice entre risas, Nicolás Díaz, el hombre de 28 años, CEO y creador de la exitosa panadería y pastelería Cerinea.
De personalidad activa; “disperso”, como dice él y muy soñador (como buen pisciano), Nicolás ha recorrido un camino largo para encontrar su destino, para alcanzar la rúa de lo que siempre deseó hacer, para llegar a Cerinea.
LA RÚA DEL NICO
“Siempre quise ser piloto comercial, en el 2011, me matriculé en una escuela en Santiago, pero mi papá se arrepintió dos semanas antes. Me fui de intercambio y cuando volví estuve buscando que estudiar, qué hacer y me decidí por Administración de Empresas en la Universidad del Desarrollo, me faltó un semestre y me di cuenta que no era lo mío y dejé la carrera, soy demasiado ansioso y disperso entonces eso de estar pegado al cuaderno no es para mí”, recuerda Nicolás.
Poco tiempo después, su papá le dio la posibilidad de entrar a trabajar al área de contabilidad de su compañía, pero…. “Estuve un año y medio ahí y de verdad que lo pasé mal, muy fome, para lo movido y disperso que soy, estar en una oficina, todos callados, nadie hablaba y trabajando, lo pasaba pésimo. Un día me llaman y me despiden. Llegué a la casa y mi mamá me pregunta ´¿Qué haces aquí?‘ Y le digo me echaron, me dice ‘¿pero cómo?’, sí, le digo, me echaron”.
Después de este episodio, una vez más, Nicolás tenía la posibilidad de cumplir uno de sus grandes sueños: ser piloto comercial, iba a estudiar en Concepción, se había abierto un curso, todo estaba listo y ¡boom! Llegó la pandemia y el curso se suspendió.

“Nuevamente pensaba que podía hacer, pensé en una tienda de ropa, pero no me tincó por el tema de la pandemia. Un día mi mamá me pidió que fuera a comprar a la verdulería que está en Camino Al Venado. Recuerdo que llovía torrencialmente y mientras yo esperaba en la fila miro al frente y veo un strip que decía se arriendan locales, le saqué una foto al letrero y pensaba que podía hacer ahí y se me ocurrió una panadería. Llegué a la casa y le dije a mi mamá ´quiero abrir una panadería’ me respondió que averiguara, averigüé se lo comenté a mi papá y él me apoyó”.
“En la noche no podía parar de pensar en la panadería. Me junté con un amigo pastelero y se hizo socio. Yo insistía al dueño del strip, que a todo esto no me pescaba, yo lo llamaba todos los días, lo hinché, le decía que quería sólo ese local, que no me interesaba otro, hasta que accedió, porque tampoco quería arrendarme el local, creo que me veía muy niño”.
Siguiendo su “tincada” Nicolás consiguió el local que quería y comenzaron a trabajar con el que era en ese entonces su socio, definían el menú, el estilo y decoración del lugar, contrataron al equipo, pero de un día para otro su socio desistió pero eso no le quitó las ganas a Nicolás que siguió adelante solo.
“Comencé a buscar maquinarias, ahora no tenía que pedirle permiso a nadie y busqué lo mejor, que no faltara nada, que no hubiera impedimento o falta de máquinas o materiales para hacer lo que queríamos hacer. El proyecto lo hice pensando en el lugar ideal, dónde a mí me gustaría ir a comprar pan, trabajé para eso y en junio finalmente dimos por inaugurado Cerinea”, recuerda con orgullo el CEO del emprendimiento gastronómico.
CERINEA BY NICOLÁS DÍAZ
Tras la decisión de su amigo, el “Nico” debió tomar las riendas del emprendimiento y decidió hacer algunos cambios.
“Cambió el tema del diseño, contraté a una amiga quien me hizo toda la decoración, conservé algunas cosas de la idea original que tenía con mi ex socio y otras las cambié de frentón”
Sus viajes al extranjero y vivencias han sido clave en el proceso de creación de Cerinea. Para Nicolás Concepción merece atreverse con cosas nuevas.
“Siento que desde un comienzo debí haber hecho esto y ahora, si me preguntas, digo menos mal que estoy yo solo. Tengo tantas ideas en la cabeza, son cosas a las que sólo yo podría decir que sí y de verdad que marcan la diferencia de lo que quiero mostrar, que es algo distinto ¿Por qué para ver algo innovador debes ir a Santiago? En Concepción cuesta encontrar cosas ´choras’, aquí todos se asustan, ya pasó esa mentalidad de que trabajas en Conce y estás en Conce, ahora todos están viajando mucho y eso está ayudando a cambiar un poco esa mentalidad media fome y poco atrevida de los penquistas. El otro día vino una clienta española y su hijo le decía ´mamá esta es como una pastelería de París, y es exactamente eso lo que quiero y por lo que me he preocupado que el nombre de Cerinea resalte en todos lados”, reflexiona.

Los detalles by Nicolás marcan la diferencia y uno de ellos es que el emprendedor se ha puesto como meta construir y entregar la que sería para él la pastelería de sus sueños.
“Busqué cómo quería fueran mis pasteles, vi un tipo de dulce que lo encontré hermoso, eran de la pastelera de Juan Yarur, me contacté con ella y capacitó a nuestra pastelera porque Cerinea tenía que tener esos pasteles” .
Otro de los sellos de Cerinea es, sin duda, la calidad de su materia prima.
“Cuando estaba formando Cerinea, me compré una donas en una panadería de San Pedro, se veía riquísima, me costó 900 pesos, muy barata, la probé y aparte de que no me gustó, todos al otro día andábamos con dolor de guata. Yo no soy de gustos refinados, pero de verdad que estaba muy malo el chocolate y la crema, ahí dije ‘yo no quiero que esto pase en mi local’, por eso los productos que tenemos son de excelente calidad, de hecho, los comentarios en redes sociales y nuestros clientes son puras felicitaciones” y recordó un comentario en particular: “el otro día un cliente se bajó de su auto y nos pusimos a conversar me dice ‘yo he viajado por muchos lugares y siempre busco panaderías porque me encanta el pan y te juro que nunca había probado un pan tan rico como ese de masa madre con carbón activado que tienes aquí, la cagó’, cuando escucho cosas así me siento orgulloso, es como ‘yo hice Cerinea’ ¡wow!”
Tendencia e innovación también son ingredientes fundamentales en Cerinea, pues hoy dentro de la variada lista de pastelería y panadería se encuentran los dulces Keto y pasteles y panes veganos además de la posibilidad de solicitar sus exquisiteces a domicilio.
Para Nicolás, sin embargo, la clave del éxito tiene nombre y se llama trabajo en equipo.

“Logramos armar un equipo muy bien capacitado y comprometido y eso es en todas las áreas, hemos ido creciendo juntos y gracias al gran equipo que hacemos hemos llegado lejos en poco tiempo y no hay límites para nuestros sueños”
¿MIAMI? ¡CLARO QUE SÍ!
Nicolás asegura que en apenas un mes Cerinea ha sido todo un boom, es por ello que, dentro de los próximos meses, abrirá una sucursal en el sector de Valle Escondido y dentro de pocos días también trasladará la fábrica a un lugar más grande, para así poder generar mayor stock de productos y traer nuevas maquinarias que permitan abastecer a ambos locales.
“En poco tiempo hemos causado un furor tremendo, la gente se vuelve loca, a mí no me gusta mucho estar en la panadería porque me pongo nervioso, veo como la gente se lleva todo y me empiezo a desesperar porque se acabó todo. He aprendido mucho, sé preparar marraqueta, masa madre, conozco todas las recetas y me encanta, no sé cómo no se me ocurrió antes, es demasiado entretenido”.
El éxito de esta panadería y pastelería ha traspasado también los límites comunales, en los últimos días, han sido hoteles e incluso tiendas de joyas las que se han contactado con Nicolás porque quieren tener sus pasteles y panes en sus menús o eventos y dentro del mediano plazo, también está considerado abrir sucursales en las Lomas de San Andrés y Pedro de Valdivia.

“Mi familia está orgullosa, están todos felices, como que siempre quise hacer algo distinto. Cuando yo cuento mi idea, digo que si es que puedo estar en Miami en 5 años más, lo voy hacer, esa es mi proyección, voy hacer lo imposible para estar allá”, indica el empresario.
“Quiero alcanzar una calidad excepcional que ojalá todo el mundo esté hablando de Cerinea, todos me dicen ´pero oye ándate con calma, analízalo bien´, y por qué, por qué tengo que irme con calma… al tiro tiran para abajo, si por último sabes que no, dile igual que sí. Eso es lo que falta, por eso muchos estamos deprimidos. Falta innovación, falta atreverse, irse actualizando, eso es lo que yo no quiero que mi panadería pierda, quiero que nos vayamos adaptando al momento y sigamos avanzando siempre”, finaliza Nicolás Díaz el hombre que a punta de calidad, buen gusto y deliciosas preparaciones sumadas a su excepcional perseverancia, conquistará el mundo de la mano de la más veloz de las ciervas de la diosa Artemisa, Cerinea.
