Verdadera conmoción a nivel mundial provocó el caso de un niño de 12 años que se quitó la vida tras sufrir de bullying por más de un año en los Estados Unidos.

El pequeño Drayke Hardman estudiante del condado de Tooele, Utah, falleció trágicamente el 10 de febrero de 2022. Sus dos hermanas lo encontraron en el suelo, ahorcado con una prenda de vestir. Lo trasladaron al hospital, pero los médicos no lograron salvar su vida.

Los desgarradores relatos de sus padres despertaron las alarmas.

“Este es el resultado de la intimidación. Mi chico guapo estaba peleando una batalla de la que ni yo podía salvarlo. Es real. Es silencioso. Y no hay absolutamente nada que puedas hacer como padre para quitar este profundo dolor.(…) No hay señales, solo palabras hirientes de otros que finalmente robaron a nuestro Drayke de este lugar cruel. ¿Cómo un niño de 12 años que fue muy amado por todos piensa que la vida es tan difícil que necesita salir de ella?(…) Ahora es mi momento de ser la voz de mi héroe, mi único hijo que nos fue arrebatado”, escribió su madre Samie en redes sociales.

Su padre Andrew fue incluso más duro, “Que haría que un niño de 12 años perdiera su esperanza a tal punto que se amarrara su polerón al rededor del cuello para quitarse la vida? una palabra… Bullying”.

“Me desperté hoy con más rabia que nunca en mi vida. ¿Me culpo a mi mismo? ¿Culpo al acosador de mi dulce niño? ¡Culpo al sistema! ¡Culpo el hecho de que estos acosadores siquiera existan! ¿Cómo hay tanto odio en nuestro mundo que permitimos que que un niño dañe a otro niño? Creo que es simple, lo hacemos nosotros y ellos aprenden que está bien alimentar su falta de confianza, piensa que los hace geniales. Mi hijo no tuvo un futuro, todo por culpa de un niño cobarde. ¿Por qué este chico merecía tratar a mi hijo como si no fuera humano? ¿Qué llevó a él y sus cobardes amigos que lo alentaban a convertirse en defensores del odio. ¿Son los padres? No tengo las respuestas, pero sé que ¡ESTO TIENE QUE PARAR AHORA!”, escribió en su Instagram.

Tras la muerte de su amado retoño Andrew y Samie iniciaron la campaña #DoItForDrayke (hazlo por Drayke), con el fin que padres y familia se preocupen por enseñarles a los niños la importancia de no tener comportamientos abusivos.

Este movimiento es algo no menor ya que el caso de Drayke lamentablemente es uno de muchos. En Chile, por ejemplo, el suicidio de Katy Winter a causa de ciberbullying en 2018, también llevó a sus padres a crear la fundación Katy Summer (como su nombre artístico) para prevenir el suicidio adolescente asociado a situaciones de acoso escolar físico, verbal, escrito, psicológico y/o en redes sociales, a los que jóvenes y niños están siendo expuestos.

Así los casos suman y siguen y aunque no siempre llevan a la muerte las secuelas en la vida de las víctimas pueden ser graves y permanentes por lo que prevenir y saber cómo lidiar con el acoso escolar es fundamental para los padres y tutores.

Por este motivo entrevistamos a la destacada psicóloga Denise Thompson que nos habla de bullying y algunas claves para evitar tragedias.

¿Cómo diferenciar el bullying de una broma o algo puntual? ¿Qué elementos se deben configurar para calificarse como bullying? ¿Cómo evitar que se llegue a ese punto?

Las bromas no siempre son desagradables para quien las recibe, pueden provocar risa, y tienen el valor de fortalecer los vínculos de amistad. Cuando las bromas tienen la intención de lastimar y se hacen repetidamente, pueden convertirse en bullying. El acoso escolar (BULLYING) es un fenómeno de abuso, malos tratos, hostigamientos o exclusión social que, cuando aparece, contamina el clima de relaciones interpersonales, produce sensación de malestar y termina afectando a las personas y a las actividades que las personas tienen que realizar juntas.

Las investigaciones realizadas concluyen que el acoso es un problema presente en todos los países del mundo y que genera efectos muy perjudiciales en la persona acosada.

Existen diferentes tipos de acoso, que es preciso tener en cuenta.

• Físico: el agresor lleva a cabo ataques físicos directos que preceden a ataques psicológicos en etapas previas del acoso.

• Gestual: el agresor realiza gestos o expresiones que pretenden intimidar y causar miedo a su víctima.

• Social: el agresor o agresores aísla a la víctima del grupo, lo que le genera disminución de su autoestima, esto le puede dificultar pedir ayuda.

• Amenazas: la víctima se ve obligada a hacer cosas contra su voluntad, y si no cumple lo que le piden tendrá consecuencias negativas; en este momento el acosado se siente humillado, lo que disminuye las posibilidades de hablar con otros, como profesores o padres, para poner fin al problema.

• Humillación: ridiculizar al otro por su físico, familia, amigos, dificultades escolares u otros.

El medio por el que se puede ser victima de acoso, puede ser presencial o virtual. En este último caso hablamos de cyberbullying, y los roles principales que emergen en las situaciones de acoso son fundamentalmente tres: agresores/as o acosadores/as, víctimas y espectadores/as.

Es fundamental la detección e identificación lo más temprano posible por parte de los adultos. Esto es a veces complicado, porque una de las características del acoso escolar, es que tiende a ocurrir lejos de la presencia o visión de los adultos, y por otra parte, los hijos no siempre sienten la confianza con sus padres. Por esta razón, los padres y profesores deben estar siempre alerta.

Como padres debemos estar alertas de los cambios que se produzcan en nuestro hijo o hija, cualquier cambio en su comportamiento, en su humor, nivel de irritabilidad, trastornos del sueño o apetito, y otras manifestaciones de tipo orgánico, como pueden ser dolores de cabeza, de estómago, etc.

La forma ideal de combatir el bullying, es evitar que este se llegue a producir. En el ámbito escolar se deben desarrollar medidas que ayuden a resolver los conflictos entre alumnos, sin que se transformen en episodios de violencia. Entre ellos, está el Desarrollo de un Plan de Convivencia, condiciones adecuadas de seguridad y supervisión constante, (principalmente en los recreos), junto con potenciar en los alumnos un clima de tolerancia y respeto. De igual importancia debiera ser el mantener cercanía y trabajar en forma personalizada con aquellos alumnos que por su contexto personal, social y familiar, se encuentren en mayor riesgo de sufrir o provocar situaciones de violencia.

¿Cuáles serían los primeros pasos a seguir como padres si sabemos que nuestros hijos son víctima de acoso escolar?

Lo primero es darle a tu hijo la seguridad de que lo vas a apoyar, evitando culpabilizar, ya que el ser acosado provoca generalmente en la víctima, un sentimiento de culpa por haber dejado que las cosas ocurrieran.

Los adultos debemos escuchar y mantener la calma, mostrar empatía, cercanía y reforzar el hecho de que lo haya contado. No es aconsejable aumentar el circulo de violencia o normalizar la violencia, pidiéndole que se defienda a golpes, ya que esto resulta finalmente un acto impulsivo, con fuertes consecuencias, que pueden perpetuar el ciclo.

Es importante hablar sobre las distintas soluciones al problema y explicarle las medidas que se tomaran al respecto. Es primordial informar al Centro Educativo, de lo que está ocurriendo, para que se active el Protocolo de convivencia y se ejerzan las acciones que corresponda. Como padres es muy importante observes el cumplimiento y mantenimiento en el tiempo de la activación de dichos protocolos.

Si observas que tu hijo o hija ha desarrollado alguna dificultad emocional producto de haber sufrido acoso escolar, es aconsejable consultar a un especialista y comenzar un tratamiento psicológico, que le permita fortalecer su autoestima, ensayar respuestas asertivas y prevenir que situaciones de este tipo vuelvan a ocurrir en el futuro.

¿Cómo enseñarle a nuestros hijos a defenderse del bullying en sus diferentes edades?

Es muy importante que nuestros hijos adquieran habilidades que les ayuden a enfrentarse a situaciones difíciles y de conflicto de forma pacífica y sin recurrir a la violencia, tanto en el entorno escolar como en el resto de las esferas sociales.

Las víctimas del acoso escolar pueden adoptar una actitud pasiva o de resignación, aunque también hay otros que tratan de huir de la situación mediante diferentes estrategias poco útiles para poner fin al maltrato. Es una realidad que no se debe esconder, ya que va en aumento y afecta a esferas tanto personales, como sociales, familiares y educativas.
Muchas veces la víctima no busca ayuda externa por miedo o vergüenza, pero hay casos en los que acuden a los demás para tratar de salir de esa situación. Según algunos estudios realizados el 21% de los estudiantes optaba por huir de las personas y lugares en los que se producían las agresiones, el 26% pedían a los agresores que finalizaran con el acoso y el 33% recurría a los adultos para pedir ayuda. Esta última forma de buscar solución va perdiendo presencia a medida que aumenta la edad de las víctimas, decantándose por solicitar ayuda a los iguales (debido a que los procesos adolescentes dan prioridad a los iguales como objetivo de comunicación).

La educación es una labor que implica a muchas personas, tanto del centro educativo como de fuera de él; por eso es muy importante que todos ellos estén bien coordinados para trabajar de manera cooperativa y conseguir un mismo objetivo.

Debemos informarnos sobre el acoso escolar en todas sus formas, para conversar con nuestros hijos y entregarles herramientas que les permita activar sus propias señales de alerta frente al acoso. Esto, además de abrir el tema en familia, resulta en sí misma una medida preventiva.

Si los niños cuentan con una inteligencia emocional sana desde los primeros años de edad, serán capaces de desarrollar y controlar las emociones para convivir de manera respetuosa con los demás. La etapa de educación infantil es clave para ello, ya que es cuando se empiezan a formar y a trabajar emociones y sentimientos tan importantes como la empatía.

Es importante que la situación sea expuesta, incitar a tu hijo siempre a pedir apoyo, ya que las personas que suelen ejercer violencia, justamente eligen a los más vulnerables. Entonces, estas situaciones siempre deben ser informadas a otros compañeros y a algún adulto con el que tengan confianza.

Educarlos para defenderse sin violencia, y la importancia de poner límites, defendiendo sus derechos de manera firme y segura. Esta, sin duda es parte del desarrollo de una autoestima positiva.


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