ESTA NUEVA APUESTA ESPERA CONVERTIRSE RÁPIDAMENTE EN UN PUNTO DE ENCUENTRO OBLIGADO EN EL BARRIO DE LA MANOS DE SUS DUEÑOS, LOS SOCIOS Y AMIGOS LEONARDO
GONZALEZ Y MAGALY LAVÍN.

Muchas veces las aventuras comienzan con una amistad inquebrantable, con lazos fuertes que te animan a avanzar hacia lo desconocido. Ese fue el caso de Leonardo y Magaly, que luego de reencontrarse hace algunos años no han perdido el tiempo y han concretado proyectos y anhelos que ambos tenían pero que por separado no se habían atrevido a enfrentar.

La historia de amistad de la decoradora de interiores Magaly Lavín y Leonardo González, representante de laboratorio farmacéutico, se remonta a tiempos juveniles, pero se estrechó cuando se reencontraron en el año 2020, tras largo tiempo.

“Él me contactó y yo justo estaba viajando a Concepción, me fue a buscar al aeropuerto y nos tomamos un café. Descubrimos que los dos estábamos en una etapa similar de nuestras vidas, separados y congeniamos y empezamos a trabajar juntos. Lo ayudé con una compra de un departamento y aquí estamos ahora”, recuerda Magaly.

“Me ayudó a decorarlo de manera muy profesional, el trabajo fluyó de forma increíble, además lo hizo de pura buena voluntad y entonces le propuse hacer un negocio juntos. Yo trabajo en el mundo farmacéutico hace ya varios años y sentí que era el momento de emprender y en el tiempo de la pandemia las farmacia fueron un boom, crecieron mucho entonces pensé en hacer una farmacia distinta, y me acordé de la chiquitita, ella me ayudó mucho a mí y quería devolverle la mano haciéndola parte del negocio y así parte este sueño”, comenta Leonardo.

Sin embargo, para Magaly, la farmacia aunque parecía buen negocio no le llamaba tanto la atención y empezó a darle vueltas al asunto. Así se puso a buscar propiedades en Andalué, donde vivía su familia y donde Leonardo había comprado el departamento. Parecía una misión imposible encontrar un espacio para emprender en el barrio, pero como caída del cielo llegó la casa de Avenida Andalué 1155 donde hoy se ubica su emprendimiento.

“Fue como una señal, justo vi la casa en internet, me llamaron al tiro y todo se dio de manera muy fluida, supe que este era el lugar. El corredor nos esperó, los dueños confiaron en nosotros sin tener la sociedad armada ni nada, creyeron en el proyecto y empezamos a remodelar la casa, a darle nuestro toque y a crear”, afirma la decoradora y socia de Bleu.

“Entramos y de inmediato dije aquí hay que hacer un café, fue como una revelación y lo cierto es que todo el proceso ha sido medio mágico, como que justo van apareciendo las cosas, se van dando las situaciones de una manera bien especial y eso nos ha llenado de energía en medio de todo el proceso legal que ha sido largo y complejo”, asegura Leo.

Al ser una propiedad grande quisieron optimizar los espacios, dando vida al café al costado de la farmacia y es más ya están proyectando una nueva área, donde tendrán farmacia y alimentos para mascotas, finalmente va a ser como un mini strip center que le entrega comodidad a los vecinos y también les permitirá conectar con la comunidad que es parte del objetivo fundamental de su negocio según nos cuentan los socios.

“En esta etapa ya no se trata tanto de ganar plata, sino que entregar algo, de disfrutar y gozar la vida, que es corta. Hay que tomarse el tiempo para respirar, para abrazar los momentos lindos”, revelan.

Tras procesos en municipalidad, patentes, abogados, oficinas, trámites, seremis y otros sin fin de instituciones y papeles propios de nuestra burocracia nacional finalmente Bleu, cafetería y farmacia, son una realidad y están atendiendo con gran éxito.

MARCANDO DIFERENCIAS

Lo primero que destaca en Bleu es la estética de toque europeo, desde las cortinas metálicas a los cerrojos todo tiene un aire francés que no sólo resulta elegante sino que también muy acogedor. Al entrar a la farmacia es otro impacto a la vista y a los sentidos, pues no resulta nada parecida a las que estamos acostumbrados a visitar. Mostradores de madera y detalles de decoración muy pensados nos dan la invitación a una suerte de antigua botica pero con la modernidad y tecnología necesaria para nuestro tiempo, sin duda sorprendente, lo mismo que los espacios que tiene disponible, entregando a los trabajadores todas las comodidades necesarias para hacer gratas las horas entregadas al empleo. En cuanto a medicamentos tienen todo lo que tiene una farmacia tradicional y a valores convenientes.

“Mi idea siempre fue hacer algo distinto, algo que destacara, no más de lo mismo. Queremos ser parte de la vida del barrio y para eso hay que crear espacios acogedores, que inviten a volver, darle una onda distinta y rescatar elementos nostálgicos, cosas que nos conecten”, apunta el emprendedor.


“El look es completamente distinto a los de las demás cafeterías al menos de San Pedro, quisimos plasmar un estilo vintage, europeo, partimos con la idea de una botica y eso se transfirió al resto de los espacios y del proyecto en general, donde cada elemento tiene un sentido y un cuento detrás, por ejemplo uno de los sillones fue el primer sofá de mis papás cuando recién se casaron”, explica Magaly.

Ahora, en la cafetería la historia es similar y la gran mayoría de los detalles cuentan historias, esconden sueños, atesoran recuerdos.

CAFÉ BLEU

No podría ser de otra forma, el azul resalta en todo el lugar y el francés tiene que ver no sólo con la presentación o estética del lugar sino que con la familia de Magaly, con sus hijos, quienes estudiaron en la alianza francesa, por lo que este idioma y cultura ha pasado a ser parte importante de su vida y lo quiso estampar en su emprendimiento.

En la cocina por ejemplo también hay detalles inspiradores, la encimera, horno y campana eran de propiedad personal de Magaly, pero nunca las instaló en su casa en Santiago y de manera fantástica terminaron sirviendo impecablemente para esta aventura. Al mirar arriba se ven unos pequeños cuadros que son láminas que sus hijas obtuvieron en el colegio y que ella atesoró durante años. El resto de los elementos cuentan historias similares o han caído de forma mágica en las manos de estos amigos que las han tomado para darle nueva vida.

Lo más destacado sin embargo, son sus terrazas, lindas mesas, paraguas y sillas con marcado gusto son parte de un exterior realmente atrapante que tiene elementos de diseño únicos como una banqueta con durmientes de tren o un toldo especialmente diseñado para poder retirarse durante los meses de calor, además de una iluminación increíble y prados en excelente estado que invitan a tomarse un cafecito a la luz de un cálido atardecer. También cuentan con un patio techado que piensan también habilitar para reuniones y celebraciones privadas.

“Todo ha sido pensado hasta el más mínimo detalle, todo tiene su por qué, nada ha sido al azar y claro aún nos faltan cosas por mejorar y estamos en ese proceso para hacer que la experiencia de venir a Bleu sea memorable y que quieras volver. Nuestro equipo está entrenado para que a los clientes sean tratados por su nombre, que sea como llegar a casa, con un café de excelentísima calidad y comida distinta, única y con cariño”, comenta Leonardo.

En cuanto a lo bebestible y comestible, algo no menor para un café, actualmente están trabajando con la prestigiosa marca italiana Musseti y todos sus equipos y en cuanto a los alimentos, mientras tramitan una patente de restaurante, están trabajando con proveedores externos de la más alta calidad y ofreciendo productos realmente innovadores para la zona como el ya favorito de la casa, el sándwich de ave maní.

Así entre risas y amistad se creó este proyecto, la farmacia y cafetería Bleu, un espacio que busca transformarse en parte de la vida de nuestro barrio, un lugar que busca crear comunidad y unir a las familias de Andalué y un lugar que espera seguir haciendo crecer la amistad de Leonardo y Magaly, dos soñadores y gozadores que quieren compartir su alegría.

“Quiero pasarla bien, quiero que esto sea algo que me sume en la vida y nada, esa paradas estamos, no es sólo la parte comercial, estamos generando trabajo, especialmente para los mismos jóvenes del sector, hijas e hijos de amigos, vecinos. Entonces se trata de las relaciones, quiero gente que me sume, no más gente ni relaciones tóxicas, ya pasamos todo eso y la vida hay que disfrutarla y Bleu es un gran lugar para hacerlo”, cierra con entusiasmo Leonardo.

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