Il Giardino, el jardín si lo traducimos desde el italiano, es precisamente lo que su nombre indica: un jardín lleno de colores, olores y sobre todo de deliciosos sabores.

Esta pizzería rápidamente se está posicionando como un imperdible en San Pedro de la Paz gracias a sus ricas preparaciones y al rico ambiente que se produce gracias al limonero y las otras especies vegetales que son parte integrante y fundamental de esta gran terraza comedor.

El proyecto es el sueño de la familia angelina Fabres Zúñiga y en Revista Rúa quisimos conocer su historia y, cómo no, probar estas pizzas sobre las que todos están hablando en estos días.

LAS SEMILLAS (ASÍ SE CREÓ EL JARDÍN)

Nuevamente tendremos que hablar de agotador Covid 19, ya que el Giardino es precisamente un emprendimiento de pandemia y así lo revela la administradora del local, Maite Fabres.

“Ocurrieron sucesos que nos obligaron a reinventarnos. Mi papá es ingeniero civil eléctrico, mi hermano Pablo es compositor musical, mi mamá orientadora familiar y yo soy fonoaudióloga y administradora de empresas, pero por diversos motivos tuvimos que emprender nuevos rumbos se juntaron varias cosas y así nace esta pizzería”.

Su hermano Pablo es el pizzaiolo pero su acercamiento con esta masa cubierta de delicias fue de manera bastante particular y es parte fundamental de la historia

LA ENRREDADERA (DE LA MÚSICA A LA PIZZA)

Pablo estudiaba música en Santiago, en un viaje que emprendió junto a buen amigo que estudiaba gastronomía. Ese amigo estaba obsesionado con el mundo de las masas y especialmente con la pizza napolitana, así que al poco andar entró a trabajar en una pizzería. Un día uno de los ayudantes falló y él no encontró nada mejor que pedir la colaboración de Pablo.

“Fui medio a regañadientes a apoyar a mi amigo no más, pero me gustó la pega y terminé trabajando por más de un año en ese restaurante, a los tres meses ya estaba en cocina porque se me dio muy bien el oficio y terminé siendo pizzaiolo. Después pasé por otras pizzerías y aprendí mucho sobre el rubro y fui sacando lo mejor de cada una de los restaurantes en los que trabajé y con ayuda de mi amigo también fui avanzando en este mundo”, nos cuenta el pizzaiolo de Il Giardino.

Aunque sigue componiendo su música, de momento la pizza se ha vuelto una prioridad para Pablo, al igual que para Maite cuyo proyecto de titulo era precisamente un restaurante.

“Este era mi proyecto de título pero era como algo muy a futuro, pero se dieron las cosas como de forma mágica para que fuera ahora. Esta pizzería está hecha por mi papá y mi hermano, a mano, el horno, el piso, el techo, las mesas, los bancos, los adornos, Todo hecho con nuestras propias manos”, revela la joven quien nos cuenta también sobre el nombre de su emprendimiento.

“Al comenzar teníamos otro nombre nada que ver y nos dimos cuenta que lo queríamos potenciar era el concepto de familia y las plantas que es algo que a mi y a mi mamá nos gusta mucho, estaba el limonero que es como la estrella del lugar y empezamos a buscar nombres, buscar lo que nos representara, lo que nos gustara y un día mi papá dijo Il Giardino , el jardín, y fue inmediato, eso era, cabía justo porque estaba lleno de árboles y plantitas que no queríamos cortar, nos dedicamos con mi mamá también a un emprendimiento de plantas y era en italiano, refleja justamente lo que queríamos ser”, cuenta feliz Maite.

FLOR DE LOTO (EL APRENDIZAJE)

Il Giardino ya estaba funcionando luego de instalar el horno diseñado y construido por Francisco, el padre de la familia. Cabe consignar que el traslado fue una verdadera odisea, que incluyó viajes de larga distancia en camión, muchas manos, enojos, confusiones y una pequeña reconstrucción. Eso sólo era el primer obstáculo.

“Ninguno de nosotros sabía nada del rubro, salvo la Maite que estudió administración y ha tenido otros negocios, pero es algo nuevo. Quienes están detrás de esto son Maite y Pablo fundamentalmente, nosotros hemos ayudado con inversión, con trabajo, pero las cabezas son ellos”, cuenta la mamá, Claudia Zúñiga.

Maite agrega que “hemos aprendido mucho en el proceso, hemos ido creciendo con nuestros clientes, y nosotros avanzando de a poco, porque es todo nuevo y todo lo hemos hecho nosotros y hemos ido creciendo y sumando cosas a medida que los clientes nos han ido pidiendo, así con los postres o el café por ejemplo. Lo cierto es que somos un emprendimiento súper familiar, mis papás, mis tres hermanos, yo, mi tía que es la dueña de la casa donde nos instalamos y queremos ser también una pizzería familiar”.

LOS FRUTOS (HAY PIZZAS, POSTRES, PIZZAS, BAR,PIZZAS, CAFÉ… ¿YA DIJE PIZZAS?)

Y llegó la hora de probar las ya famosas pizzas de Il Giardino, pero, además, los Fabres nos quisieron sorprender con otras cositas de su carta, pero partamos por la estrella del jardín y no hablamos precisamente del limonero.

Desde el corazón de la pizzería, ese horno artesanalmente construido por Francisco, el padre de familia, y que funciona a gas, lo que permite llegar a la temperatura deseada (entre 380°C y 400°C) de manera consistente y controlada, comienza a volar el aroma inconfundible de un buen mozzarella y el característico perfil olfativo del parmesano. También nos transportan los tomates italianos y la albahaca de la reina de las pizzas napolitanas la Margherita.

Pinta bien y sabe aún mejor, luego vienen más aromas tentadores mientras la liviana masa de la pizza recién salida del horno recorre suave el paladar de estos humildes comensales. Es difícil no tentarse siendo honestos. Y sale más flores del fogón, si flores, pues aquí como en todo buen jardín las flores son las protagonistas y por eso cada pizza recibe el nombre de una de las maravillosas y delicadas obras de arte de la naturaleza.

La carta de pizzas es amplia y variada entre otras destacan la Cala (Salsa de tomate, mozzarella fior di latte, jamon, rúcula, jamón serrano y parmigiano reggiano.) la Flor de Jade (Salsa de tomate, mozzarella fior di latte, prosciutto de Capitán Pastene y pesto) o la Flor de Cerezo (Salsa de tomate, mozzarella fior di latte y pepperoni).

“Utilizamos la receta napolitana, nuestras masas llevan 48 horas de fermentación, trabajamos con harina italiana y parmesano DOP, pero no somos puristas, no nos interesa respetar a pie de letra la tradición ni mucho menos, lo que queremos es que la pizza sea realmente sabrosa y darle el toque local, trabajar con productos frescos de la zona, nuestro mozzarella es un fior de latte que es de la región, de una fábrica de Los Ángeles, de donde somos nosotros, por ejemplo, y esa es la idea aprovechar y generar una red de productores de la región y trabajar con esos insumos”, revela Pablo.

“Estamos constantemente explorando nuevos sabores, nuevas ideas, escuchando las sugerencias de nuestros comensales y descubriendo nuevos proveedores para seguir creciendo y ampliando nuestra oferta”, agrega Maite con un trío de postres realmente tentadores en la mano.

Estas maravillas caseras no necesitan descripción… simplemente deliciosos y como si fuera poco fueron acompañadas por un magnífico capuccino con granos de la tostaduría local Coyoacán.

Creo que no es difícil entender porque se está hablando de Il Giardino.

“Muchos vecinos vienen y la sensación es súper gratificante, nos estamos transformando como en la pizzería del barrio y esa relación que se da con ellos es súper rica. Es agotador, se trabaja 24/7 pero es muy entretenido y es hermoso cuando viene alguien y le gusta y se lo recomienda a un amigo y ese a otro amigo… eso es impagable. Eso y estar todos mi papá, mi mamá, mis hermanos Alonso, Pablo y Emilio, juntos en esto es lo que nos impulsa a seguir mejorando”, cierra con orgullo Maite.

Nosotros seguimos con los postres…. Y sí…bueno, tal vez nos quedemos por unos tragos en la casi recién inaugurada barra que pronto también traerá novedades que darán que hablar….

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