En San Pedro de la Paz un local ha logrado posicionarse como sinónimo de buena atención y buenos precios en el competitivo mercado de los aborrotes y los licores. Se trata de La Officina Market Drink, un emprendimiento del ingeniero informático José Luis Venegas Ortíz, quien en plena pandemia y luego de un complejo momento laboral puso todas sus fichas en este lugar a pesar de las incialmente adversas condiciones que le proponía la ubicación.

“Antes de la pandemia yo tenía un emprendimiento de compra y venta de vehículos, con el estallido todo quedó en stand by, era difícil viajar a Santiago, cerraron varios registros civiles, nadie quería comprar autos por la situación, etc. Cuando estaba todo más estable y me estaba recuperando llega la crisis sanitaria y se me vino el mundo abajo”, recuerda el dueño de la Officina.

“Me dio una depresión fuerte, con crisis alérgica y todo el tema, no sabía qué hacer, pero vi mi título colgado y pensé en ofrecer servicio técnico. Así nació Compu-cell. Con el tema del tele trabajo y las clases online decidí hacer algo ligado a mi profesión y en Coronel abrí este negocio de reparación y venta de artículos computacionales y nos fue increíble. Y ese proceso, en medio de toda mi locura leí una noticia de que el consumo de alcohol había aumentado en un 3 mil por ciento y vi otra oportunidad de negocio”, agrega el emprendedor.

Así comenzó a buscar patente de alcohol en San Pedro de la Paz, hasta que la encontró y se arrriesgó a comprarla. Luego buscó locales en diversos puntos de la comuna hasta que di con el lugar correcto.

“Nunca me imaginé estar acá en Michimalonco, de todas las ideas locas que he tenido, esta fue de las más arriesgadas. Un día llevaba a mis papás al médico y vieron el letrero de arriendo y me dijieron, tomé una foto, avanzamos otro poco y vimos el local grande de la esquina, el famoso, y pensé ‘no, es imposible’ pero mi madre mi preguntó ‘¿ cuándo les has tenido miedo a algo?’ y ese fue el último empujón que necesitaba”, asegura.

Luego de ocho meses de tramites municipales mientras seguía invirtiendo sin recibir retornos La Officina al fin abrió sus puertas.

El nombre nació de sus paseos en bicicleta, una de sus pasiones, pues en esos recorridos con amigos tenían un sector donde había un banco y lo llamaban “la oficina”, pues era donde se sentaban a conversar y recuperar energías y donde finalmente se producían los momentos más divertidos y eso es lo que intenta replicar en su negocio, donde los detalles como la música y la decoración lo hacen ser un pequeño oasis y marcar la diferencia.

Ubicado en Avenida Michimalonco, este local debe competir con gigantes de la industria que están solo a pasos, sin embargo, sus estrategias y la gran onda que se generan en La Officina le han permitido destacar.

APROVECHAR LAS VENTAJAS

Algo que le ha permitido a La Officina competir entre los tiburones tiene que ver con las ventajas que ha podido aprovechar y la conexión que eso ha generado con sus clientes.

“Una de nuestras gracias tiene que ver con los horarios, estamos abiertos cuando todos los demás están cerrados, en las noches, los domingos y en los feriados. Esa fue una de las primeras cosas que descubrimos que generaban algo especial con la gente. En estos dos años hemos cerrado apenas dos días y eso los clientes lo valoran un montón”, dice José.

“Al principio fue difícil, se escuchaban comentarios, no entraba mucha gente, los propios trabajadores me decían que buscara un local en otra parte, pero decidí ser perseverante y ahora se ven los frutos”, añade.

Los horarios de La Officina son de Lunes a Jueves de 11:30 a 00:00 horas, los viernes de 11:30 a 01:00 horas y los domingos y festivos de 17:00 a 23:30 horas, lo que hace a este hermoso local uno único en la zona.

Otra de las cosas tiene que ver con la atención, pues siempre están dispuestos a ayudar y recomendar e incluso hace atenciones especiales y regalos a sus clientes más fieles.

“Acostumbré a los clientes, tengo mis horarios y siempre voy a tener el local abierto, no importa si es feriado, si está lloviendo o lo que sea, estará abierto. Eso le ha dado éxito a este local, nos hemos hecho famosos en San Pedro sobre todo entre la gente joven, por la energía que trasmitimos como equipo y el propio local”, asegura.

OFERTAS Y LOS FAVORITOS DEL PÚBLICO

Una de las principales estrategias de José Luis tiene que ver con los productos que ofrece en la tienda, que aunque parecen muchos lo cierto es que están seleccionados especialmente por él para sus clientes.

“Tenemos muchas cosas, pero en general en los abarrotes por ejemplo trabajamos con una sola marca de cada producto y en los licores, cervezas y otros en general traemos lo que nos van pidiendo nuestros clientes y por ejemplo, si probamos con algo y no tenemos los resultados esperados ya no lo traemos más, la idea es ir siempre de la mano con nuestros consumidores e incluso si nos piden alguna cosa especial las traemos para algunos clientes frecuentes”, comenta el emprendedor.

En cuanto a producto tiene las marcas más tradicionales en Piscos, Rones, Vodkas, Whiskeys y Ginebras, además de varias sorpresas y apuestas. En cuanto a cervezas trabaja con toda la línea de CCU, destacando Kunstmann y Austral, además de un par de muy buenas y populares marcas artesanales.

En cuanto a espumantes también cuenta con una diversidad interesante y es de destacar que siempre están heladitas pues tiene una heladera especialmente para estos deliciosos vinos.

En cuanto a la sección de minimarket, separada de la botillería, cuanta con un variedad surtida de abarrotes, bebidas, jugos, salsas, panes envasados e incluso artículos para computadores y celulares, como cargadores y audífonos.

“Nuestra idea es ser como un convenience store, donde puedan encontrar lo necesario para salvar sin tener que pasar por un supermercado. Como un almacén de barrio, pero moderno, cómodo, con diseño y donde la atención cercana es lo primordial. Con el tiempo nos dimos cuenta que teniendo un producto de lo que la gente necesita en horarios donde no los puede conseguir es suficiente. Igual generamos un impacto de ayuda porque somos pocos actualmente los que nos atrevemos a trabajar en la noche, pero es parte de nuestro compromiso con los clientes”,

CRECIMIENTO Y PROYECCIONES

En apenas dos años este emprendimiento ha tenido un avance notable que se materializó con la ampliación del local, lo que le permitió a José Luis generar un ambiente separado entre los productos de minimarket y los de la botillería, dando a sus clientes una experiencia aún más atractiva.

“En mayo comenzamos con la ampliación que terminamos en julio y ya estamos pensando en crecer un poquito más porque nos falta espacio. Por otra parte, es tanto lo que me gustó este rubro que ahora estoy pensando en abrir una nueva Officina en Concepción”, sueña José Luis.

Por otra parte, también apostó por aportar al ecosistema local dando a trabajo a jóvenes de la zona.

“Hemos ido creciendo y eso no sólo me ha permitido generar una estabilidad importante para mí, sino que también para los chicos porque ahora por ejemplo puedo ofrecerles bonos por meta y eso es muy satisfactorio para ellos que se camisetean por el negocio, sino también para mí, pues ser emprendedor también significa apoyar a tus trabajadores y mejorar su calidad de vida. Llegamos a un punto en que tenemos siete trabajadores y nos es menor el impacto que estamos causando en la comunidad”, concluye José Luis Venegas, un emprendedor resiliente y perseverante que está cumpliendo sus sueños.

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