Dicen que la sangre tira y la tierra llama, y es ese precisamente el mensaje que recibieron Karem Kahler y su marido, Sergio Herrera, quienes han decidido emprender en San Pedro de la Paz, tras más de dos décadas viviendo y trabajando en importantes empresas en la capital.

Formados ambos como químicos farmacéuticos en la Universidad de Concepción, donde se conocieron y enamoraron para luego formar familia, apenas al recibirse optaron por seguir su sueño y su pasión e irse a Santiago a trabajar en el área de laboratorio, algo que en ese momento era prácticamente inexiste en nuestra zona.

«Fuimos compañeros en la Universidad, después decidimos formar una familia y han pasado 25 años y efectivamente nos dedicamos a la fabricación, regulación y comercialización de medicamentos, seguimos en Santiago, pero al mismo tiempo, estamos tirando las raíces para regresar a la cuna», dice Sergio.

Karem, por su parte, agrega que, » yo nunca me hubiese ido de Concepción si hubiese tenido la oportunidad de trabajar en el área en la que nos formamos en la universidad. Nosotros decidimos estar donde las papas queman, donde se mezclan los excipientes, donde se pone la droga, en la parte química, en la elaboración y eso hacía yo y Sergio lo analizaba, éramos como el complemento perfecto, en la pega que tuviéramos, teníamos la disponibilidad de trabajar además ambos si bien no en la misma empresa, pero además no en el mismo ítem, lo que nos hacía perfectos como pareja además porque no competíamos el uno con el otro entonces por eso nos fuimos porque queríamos aprender más, porque Santiago era como Chile, teníamos la suerte que desde muy chicos empezamos a tomar trabajos voluntarios, nos íbamos los veranos a los laboratorios, no nos pagaban nada, pero aprendimos y además, curricularmente, cuando salimos a buscar pega ya nos conocían, nosotros llegamos a Santiago haciendo prácticas y volvimos titulados con trabajo asegurado, de inmediato, nos ofrecieron, nunca tuvimos que salir a buscar.

Ahora, sin embargo, tras un largo recorrido por gran parte del camino de la farmacéutica desde laboratorio, análisis clínico, droguería, fabricación, acondicionamiento, entre otros finalmente han decidido dejar un poco de lado los tubos de ensaño y ponerse detrás del mostrador de la farmacia.

Así nace Atenfarma, una farmacia con un enfoque orientado a la atención y que promete ofrecer una experiencia distinta a dada cliente-paciente. Se trata de un servicio basado en las necesidades de la comunidad, donde nos sólo se pueden agendar una hora de atención, sino que también consultar por la disponibilidad de un medicamento a través de WhatsApp y pedirlo directamente, si no está, para tenerlo en un plazo de 24 horas. También ofrecen reparto a domicilio y todas las orientaciones necesarias directamente de un químico farmacéutico.

«Buscamos volver por un tema de arraigo familiar. Fuimos a buscar oportunidades a Santiago, y en verdad nos va bien, pero nuestros papás empezaron a ser mayores, a tener más enfermedades y al mismo tiempo te comienzas a perder cosas importantes como el crecimiento de tus sobrinos, mis hijos son muy distintos a sus primas, nuestro foco es tratar de volver y para eso necesitábamos algo no sólo como para emprender, sino que para solucionar varias cosas. Nuestros padres a esta altura son poli medicados y muchas veces ellos no encuentran sus medicamentos en las farmacias y si los encuentran son exorbitantemente caros y así empezamos a detectar diversos problemas relacionados con nuestra área», comenta Karem, experta en temas regulatorios.

Una de esas problemáticas tiene que ver con el tema de los traslados de los adultos mayores, que en ocasiones deben recorrer diversas farmacias y hasta trasladarse de comuna para encontrar los diversos medicamentos que requieren y al mismo tiempo buscar los precios más convenientes.

«Así se nos ocurrió la idea de generar una línea de comunicación directa con nuestros clientes-pacientes. A través de WhatsApp, incluso a través de mensajes de voz, que es una herramienta muy sencilla de usar y muy masificada, pueden no sólo ver la disponibilidad y cotizar sus medicamentos, sino que también nosotros nos preocupamos de contactar a nuestros proveedores en caso de no tenerlo y sí o sí nos responden en un plazo de no más de 24 horas», indica la pareja, que señalan que de la misma forma decidieron incorporar el servicio de entrega a domicilio.

«La idea es que los adultos mayores, por su edad y condiciones físicas muchas veces deteriorada, no tengan que salir de sus casas a pasearse por un sinfín de farmacias. Así detectamos algunos problemas de este grupo etario en relación a la atención farmacéutica. En primer lugar, el alto nivel de gasto que tienen en medicamentos y la poca disponibilidad que tienen de encontrarlos todos en un mismo lugar. Entonces nosotros queremos enfrentar ese problema de manera ágil y eficiente, llegar de manera facilitada y acercarle al mismo tiempo el medicamento a esos clientes-pacientes, por lo tanto, tenemos que entender que la cantidad de problemas que tienen van más allá de la simple compra de un medicamento, ese es el espíritu, el núcleo del servicio que queremos ofrecer a todos nuestros clientes», afirma con honestidad Sergio.

En cuanto al nombre, Atenfarma, deriva precisamente de Atención Farmacéutica, que es lo que Karem y Sergio buscan ofrecer.

«Queremos dar atención farmacéutica de verdad, no solamente un nombre. Aquí hay alguien que de verdad te orienta en cómo tomar el medicamento, cuáles son los adecuados. Cuántas personas salen con dudas después de una consulta médica, preguntándose cómo tomarse un remedio, a qué horas, si será incompatible con todos los otros medicamentos que se tiene que tomar, eso es también algo a que apuntamos a resolver, porque sabemos que con una buena terapia medicamentada podemos hacer que una persona recupere su condición de salud», señalan.

«Vemos muchas oportunidades en el Gran Concepción, principalmente en San Pedro de la Paz, ya dejó de ser sólo una ciudad dormitorio, se ha expandido de tal manera que se presentan muchas oportunidades, pero también vemos muchos dolores, muchas problemáticas, muchos aspectos en los que nosotros podemos intervenir, desde el ámbito que nosotros manejamos, administración de los medicamentos, proveerlos y hacer eso a precios justos, que sean competitivos, para acercar el medicamento a las personas, porque así finalmente podemos contribuir a que Concepción tenga una mejor salud y con el tiempo transformar esta farmacia más bien en un centro de atención más que sólo una farmacia», añaden.

SUEÑOS Y PROYECCIONES

Este regreso significa también abordar un área a la que no se enfrentan desde sus tiempos de universitarios.

«Nunca trabajamos directamente en farmacia tampoco, salvo en alguna práctica, entonces hoy volver a esta parte B de ser farmacéutico es muy entretenido. Somos lo suficientemente jóvenes aún para seguir experimentando en esto, y esto es sólo el inicio de lo que queremos hacer en Concepción, no es sólo dedicarnos al rubro de la farmacia, sino que también entregar a dar otro tipo de situaciones que hemos vivido siendo clientes».

Si bien el primer sueño tiene que ver con regresar al nido y poder ser parte del crecimiento de los más pequeños de la familia y acompañar en las últimas etapas a los mayores, Karem y Sergio también se plantean ambiciosos proyectos en su recientemente inaugurada farmacia.

Uno de ellos tiene que ver con establecer en el medio plazo distintas acciones que permitan generar comunidad y acercarse a los pacientes-clientes de forma más directa aún.

«Buscamos atacar necesidades, dar soluciones, hacer campañas que nos permitan unir a la comunidad, poder, por ejemplo, aquí, que hay muchos adultos mayores, hacer un programa para que se pongan sus vitaminas, tenemos el espacio suficiente para poder habilitar un sector de enfermería, en el que, por decir algo, todos los días viernes, al comprar sus vitaminas tienen su inyección sin costos. Por otra parte, al tener atención farmacéutica también podemos hacer seguimientos de sus requerimientos de enfermería y llamar para coordinar y dar una solución», comenta Karem sobre sus proyectos a corto plazo.

«Otra expansión que proyectan es sumar el servicio de podología y de igual manera generar dispositivos de educación al paciente.

«También hay cosas que en Santiago se hacen y aquí no tanto, por ejemplo, cuando es el mes del corazón te lo publicitan en todas partes, pero en algunos lugares hay una sala de atención farmacéutica donde se instala una enfermera a hacer el registro y a enseñar a la gente cómo debe tomarse la presión, a reconocer síntomas. Nosotros somos farmacéuticos y tenemos los estudios y el conocimiento necesario para entregar la información y dar la orientación necesaria y asociado siempre al uso de sus medicamentos y es algo que queremos hacer», añade.

Por otra parte, también enfrentan desafíos propios de los emprendedores, algo hasta ahora desconocido para la pareja.

“Aunque tenemos mucho manejo en nuestra área de trabajo, aquí hay muchas otras cosas que se deben aprender, desde la publicidad, las redes sociales, la contabilidad, etc. Es un mundo nuevo, pero estamos con todas las pilas puestas, esperando recibir el feedback y estudiando a nuestros clientes porque queremos cambiar nuestro foco, queremos estar tranquilos, respirar otro aire, estar más cerca de nuestras familias y para eso la farmacia tiene que realmente ser una solución y no sólo para nosotros, sino que fundamentalmente para los vecinos”, indica Karem.

“Lo más importante es esta farmacia es el enfoque en la atención, una atención personalizada, con base en la comunicación con el cliente y la necesidad de nuestro público. Queremos enseñar, generar comunidad, entregar soluciones reales. Tenemos muchas ganas, estamos muy contentos, nuestra farmacia quedo bonita, es cálida, con espacios para generar esta atención cercana, tenemos además los espacios necesarios para seguir creciendo y solo vemos un futuro mejor y más cerca de los que queremos”, cierra este carismático matrimonio de químico farmacéuticos que emprenden un nuevo camino para volver al nido.

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