Sergejs Zuments, originario de la lejana Letonia y su mujer chilena, Roxana Osorio, son el matrimonio detrás de Cortinas Roller Sergejs, un emprendimiento que ha sido destacado no sólo por sus clientes, gracias a su calidad y excelente servicio, sino que también por diferentes instituciones ligadas al ecosistema emprendedor del gran Concepción.

La empresa se conformó hace ya siete años, tras un periplo de Sergejs de más de 12 años en el rubro de las cortinas, con más de una década trabajando para uno de los actores más grandes de la industria, donde conoció todos los detalles desde cero, lo que le permitió, en el momento preciso, dar el salto hacia la independencia.

Ese último concepto, independencia, también marcó su vida de manera impensada.

Era los primeros años de la década 1990, el planeta estaba atravesando por cambios importantes y se estaba comenzando a configurar un nuevo orden mundial tras el decaimiento de la Unión Soviética y el desenlace de la guerra fría. En ese momento y sin pensar en lo que podía ocurrir en el futuro, Sergejs se embarcó, literalmente, en una nave de bandera soviética, sin pensar que no volvería a su natal Letonia.

“Cuando firmé el contrato con la naviera, Letonia aún pertenecía a la Unión Soviética, cuando llegamos acá a Sudamérica Letonia se independizó, luego de las transformaciones socioeconómicas impulsadas por Gorvachov con la perestroika y la Glasnot, y el barco quedó tierra de nadie, no pertenecía a Rusia, ni a Letonia, aún en los papeles era una embarcación soviética, pero la URSS ya había quedado en la historia. Entonces todos esos barcos quedaron varados en los puertos con mucha gente y cada uno empezó a tomar su camino. El que quiso y pudo regresar a casa regresó, yo no estaba ni ahí porque era joven, sin compromiso y regresar con los bolsillos vacíos tampoco era la idea así que decidí quedarme ahí en Buenos Aires y probar suerte y ya van más de 30 años que estoy en Latino América”, relata con algo de nostalgia.

En esos mismos años Roxana había cruzado la cordillera por motivos laborales y no pasó mucho tiempo para que sus caminos se cruzaran.

“Yo soy nacida y criada en Concepción, pero a los 26 años me fui a trabajar a Buenos Aires a en una empresa de fotografía, el mismo dueño abrió allá y llevó algo de personal de aquí para ayudar a empujar. Yo fui por un tiempo y finalmente me terminé quedando 10 años, conocí a Sergejs en 1996 más o menos y cuando regresé a Chile ya estaba casada”, dice risueña.

Tras uno años en la capital porteña, se trasladaron a Mendoza y la decisión de venir a Chile la tomaron en el momento en que estalló la crisis económica en Argentina, el famoso corralito, y aunque pensaron en ir a Letonia, finalmente Roxana ganó el gallito.

“Pensamos en ir a Letonia, pero con nuestra hija recién nacida era un viaje largo y complicado, además sabemos cómo los latinos son de apegados a sus familias, así que finalmente nos quedamos acá”, dice con algo de resignación, pero feliz Sergio.

Poco después comenzaría la aventura en el mundo del cortinaje.

Durante más de 10 años Sergejs estuvo trabajando para para la empresa Hunter Douglas, pionera y líder del mercado de las cortinas a nivel global. Ahí aprendió todo lo que tenía que saber de cómo armar una cortina desde cero y también todo el proceso de instalación. Cuando llegó el momento de dar el salto no tuvo dudas.

“Conocí todo el teje y maneje y en los 10 años que trabajé en Hunter Douglas conocí a mucha gente, porque trabajaba en terreno, además muchos clientes me asociaban con la empresa porque bueno, Hunter Douglas, él es un gringo, él debe ser el dueño, pensaban, de hecho, muchas veces fueron a la empresa a preguntar por el dueño y llegaba el dueño y le decían que no, que buscaban al gringo, pero sólo era un empleado más”, dice entre risas.

“Él quedó en la retina de muchos clientes como el gringo de las cortinas y aprovechando eso y su conocimiento empezamos de a poco, buscando proveedores, trabajando en nuestra misma casa, movíamos todo en el living para poder cortar, apoyar la tela, todo en el suelo y agachaditos cortábamos, como podíamos, pero nos fue bien, con el tiempo pudimos construir el taller y siempre con el foco en ofrecer productos de buena calidad y no para muchos clientes, sino que poco pero bueno y la gente nos conoce por eso”, añade con orgullo Roxana.

Actualmente Cortinas Roller Sergejs cuenta con Amplio muestrario de 100 Telas aproximadamente y 4 tipos
de cortinas: Roller Sunscreen, telas traslucidas ideales para el sol, Roller Blackout ideales para oscurecer el
ambiente, además de aislante térmico y enrollables Duo, que también se dividen en dos tipos, Duo semiopaca, una tela para instalar en living, comedor ya que permiten el paso de la luz, y la Duo opaca que es para los dormitorios, oscurecen el ambiente en un 80% .

Todos sus productos son con instalación realizada por el propio dueño, salvo contadas excepciones.

“Hemos enviado cortinas y ellos instalan, pero pido toda la información posible y también voy guiando la instalación por videollamada. La asesoría es muy importante para nosotros. También algunas veces tenemos ofertas con lo retazos y esas cortinas se venden con un 50% de descuento, pero no incluyen la instalación” apunta la pareja.

Sergejs opera en todo el Gran Concepción, incluida la zona costera, pero también han viajado a regiones para atender a algunos clientes que tienen sus segundas viviendas u otros que llegan recomendados. Ñuble, Araucanía, Maule, hasta Los Lagos, son parte de las zonas atendidas por el emprendedor.

“Nos gustan los clientes residenciales porque se puede prestar más atención al detalle y la calidad, las personas son exigentes cuando se trata de su casa y eso me gusta, cumplir con las exigencias y dejarlos contentos”, comenta el dueño, aunque también han trabajado con grandes empresas como Cementos Bío Bío, la Universidad de Concepción, entre otros.

Su servicio, por otra parte, también es de destacar. No sólo se comprometen a una entrega completa en un plazo no mayor a ocho días, sino que ofrecen, despacho e instalación sin cargo, una garantía de 3 años, además de servicio de post venta, reparación y limpieza.

“Para nosotros es muy importante la asesoría que podemos brindar a cada cliente. En terreno se orienta y se guía sobre cuál es la cortina adecuada para cada espacio y cómo también se adecua a los elementos presentes previamente para que no sólo sea funcional, sino que también sea parte integral de la decoración. Nuestra idea es tratar siempre poder agendar una visita a domicilio para ir a medir, asesorar y entregar la mejor solución en un plazo nunca mayor a 8 días. En 8 días tu cortina está instalada”, cierra este encantador matrimonio que aseguran las mejores cortinas para tu hogar y sin duda, el mejor servicio.

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